miércoles, abril 23, 2008

Dolor

Un día que debía de ser todo fiesta y alegría se convirtió en dolor, así en un segundo así de rápido cambia todo, éso que todos sabemos que es así, sólo cuando nos pasa somos conscientes de ello, pero rápidamente lo olvidamos. Todo empezó un sábado, mis padres y yo estábamos invitados a una boda, y no llegamos ni al banquete, en medio de la ceremonia mi madre se tropezó y se rompió la cadera, ver a alguien que quieres sufrir es una sensación ... horrible, quizás debería dejarlo en ver a alguien sufrir y punto es horrible. Así que nos tocó ir a urgencias y demás, ahora está en recuperación, sigue con muchos dolores y yo es algo que no puedo oirlo. Cuando pasas algo así, todavía se me hace más incomprensible que haya gente que haga daño a posta, valoras algo tan sencillo como valerte por tí misma, poder levantarte de la cama sin ayuda, poder andar...pero nuestro día a día hace q nos olvidemos de ello con mucha frecuencia, y yo entre ellos, me vuelvo gruñona y le doy importancia a cosas tontas. Ahora sólo quiero que se recupere y que le duela lo menos posible. Mi mundo ahora gira entorno a éso, a visitas al hospital, intentar cuidar de mi familia.
Y mientras intento hacer pequeños huecos también para mi, este viernes a la noche me voy a hacer un bautismo de submarinismo... en piscina, pero por algo se empieza, intentando encontrar nuevos hobbies y nueva gente...

Leyendo: Las mujeres inglesas destrozan los tacones al andar, de Almudena Solana
Oliendo: Calvin Klain, One (Edicción Summer 2005)
Una imagen: el mar desde la habitación donde está mi madre